Este método implica la inserción de implantes de silicona, los cuales están compuestos por un gel cohesivo que imita la sensación natural del tejido mamario. Los implantes pueden ser colocados en tres posiciones diferentes dependiendo de la anatomía del paciente y los resultados deseados:

• Plano retromuscular: Los implantes se colocan detrás del músculo pectoral mayor, lo que puede ofrecer un aspecto más natural y reducir el riesgo de contractura capsular.
• Plano subglandular: Los implantes se colocan detrás de la glándula mamaria, pero delante del músculo pectoral. Este enfoque suele ser menos invasivo y puede permitir una recuperación más rápida.
• Plano dual: Combina las ventajas de los dos anteriores, con aproximadamente un 70% del implante cubierto por músculo y un 30% por la glándula mamaria. Esta técnica ofrece un equilibrio entre naturalidad y soporte.

Alternativamente, se puede realizar un aumento mediante lipoinyección, utilizando grasa autóloga obtenida de otras áreas del cuerpo mediante liposucción. Aunque esta técnica ofrece resultados naturales, es importante destacar que un porcentaje de la grasa injertada (30-50%) puede ser reabsorbida por el cuerpo con el tiempo.